REVIEW : Big Little Lies – Temporada 2.
Tras una larga espera, Big Little Lies regresa este fin de semana en Estados Unidos y este lunes a HBO España con su segunda temporada. Nunca he tenido dudas de que la decisión de continuar lo que de un buen principio iba a ser una miniserie era totalmente acertada. Tras ver sus primeros tres capítulos, no he tardado demasiado en confirmar que estaba en lo cierto. La serie sigue siendo imprescindible, una de esas producciones que, sin ninguna duda, encontraremos en todas las listas de lo mejor del año que leeremos cuando termine el mismo. El hecho de que alguien como Meryl Streep haya decidido unirse a ella habla por si sólo de la ambición que tiene esta nueva entrega, la cual cambia de director, pero que repite con David E. Kelley como su máximo responsable. Nicole Kidman, Reese Witherspoon, Shailene Woodley y compañía también están de vuelta para volvernos a regalar lo que promete ser una temporada increíble.

Tal y como nos habían contado, la trama principal de esta segunda temporada de la serie explorará las repercusiones del trágico y chocante evento con el que cerró su primera entrega, la muerte de Perry Wright (Alexander Skarsgård). Eso si, también se introducen varias tramas nuevas que prometen incluso más emociones que el gran secreto que ocultan nuestras queridas Monterey Five. Por supuesto que la llegada de Meryl Streep lo cambia todo. Su incorporación al ya de por si excelso elenco de la serie es un regalo extraordinario. No creo que sea para nada osado afirmar desde ya que más de un gran premio le va a caer. La icónica actriz encarna al personaje de Mary Louise Wright, la madre de Perry, la cual llega con el pretexto de intentar comprender que fue lo que realmente pasó con su hijo. Su presencia en Monterey no dejará indiferente a nadie. Sólo hay que ver sus primeras interacciones con Madeline (Reese Witherspoon) o Jane (Shailene Woodley). Como era de esperar, su aparición también tendrá un gran impacto en los miembros de su familia política, sobretodo en Celeste (Nicole Kidman). Si incorporas a una actriz de este calibre tienes que aprovecharla en cada una de sus escenas. Eso es lo que hace Big Little Lies en sus primeros episodios. ¿Lo mejor? Estoy seguro que esto irá a más.
Uno de los grandes aciertos de esta segunda temporada es la decisión de darle más tiempo en pantalla a gente como Renata (Laura Dern) o Bonnie (Zoë Kravitz). Lo de la segunda tiene su lógica. Al final y al cabo, es la máxima responsable del acontecimiento que puso en marcha todo lo que nos tocará ver este año. El hecho de que Bonnie haya elegido, al menos de momento, intentar superar lo ocurrido de una forma mucho más solitaria y aislada que el resto de las chicas sirve como una oportunidad fantástica tanto para continuar desarrollando su personaje como para empezar a explorar los demonios que la acechan. Cada una de las cinco lidia con sucedido de una forma particular, aunque, al final del día, la fuerza necesaria para tirar hacía adelante acaba saliendo de la amistad formada entre ellas. El grupo es su refugio. Siempre nos han dicho que nada une más que un terrible secreto. Este es un claro ejemplo de que este concepto es totalmente acertado.

En pocas palabras, Big Little Lies sabe lo que quiere contarnos y lo desarrollada a la perfección. La serie recupera varios temas, entre ellos los maltratos, el adulterio o los problemas familiares, para darles una nueva vuelta de tuerca. Su combinación con las novedades presentadas incluso consiguen mejorar lo que ya era una maravillosa serie llena de calidad. Estamos delante de algo grande que a la vez consigue ser relevante para sus espectadores en muchos sentidos, una de esas propuestas tan necesarias para los tiempos que corren.
Después de la repercusión mundial que supuso para la cadena el final de Game Of Thrones y del inesperado éxito cosechado por Chernobyl, todo apunta a que HBO seguirá estando en boca de todos durante unas semanas más. Como mínimo. La cadena americana vive uno de sus momentos más dulces de los últimos años gracias a un acierto total en sus producciones recientes. Big Little Lies lo tiene todo para coronarse, de nuevo, como una de las grandes series del momento. Todos y cada uno de los miembros de su elenco brillan de nuevo en esta segunda temporada. En este sentido, me gustaría hacer especial alusión a Reese Witherspoon, la cual está especialmente impresionante en el tercer capítulo, pero también a la figura de Shailene Woodley. Siempre he tenido la sensación de que tanto ella como su personaje viven en una especie de segundo plano comparado con el resto, algo, para mi, muy inmerecido. Su trabajo es una de las cosas que más me han gustado de este inicio de temporada. Espero no ser el único que piense así.
En cuanto al resto, poco ha cambiado. Por ejemplo, las labores de Andrea Arnold, responsable de dirigir todos los capítulos de esta temporada, no tienen nada que envidiar a lo logrado el año pasado por Jean-Marc Vallée. A nivel visual, Big Litte Lies repite como una serie impecable. También a la hora de usar todo tipo de música para darle ese toque de vida tan necesario a según qué momentos. Si llegar a la cima es complicado, mantenerse ahí siempre lo ha sido mucho más. Aquí tenemos una de esas raras excepciones, una serie que alcanza ambas metas con una facilidad aplastante. Sólo me queda decir una cosa, siéntense y disfruten. La ocasión lo merece.
Big Little Lies, todos los lunes en HBO España.
NOTA : 9.5/10