‘LOVE & DEATH’: REVIEW

REVIEW: Love & Death – Miniserie. 

Nota: El artículo contiene información (conocida) del caso real que narra serie.

En verano de 1980, el nombre de Candance ‘Candy’ Montgomery protagonizó las portadas de informativos, periódicos y demás medios a raíz de la escalofriante muerte de su vecina, Betty Gore, cuyo cadáver fue encontrado en su casa tras haber recibido hasta 41 hachazos. Candy, una mujer devota, muy implicada en las actividades de la comunidad que formaban los habitantes de tranquila ciudad de Wylie (Texas), había acudido a verla esa mañana. Solo ella sabe con certeza lo que ocurrió durante su visita. El cuerpo masacrado de Betty fue encontrado horas después, y la mujer que previamente había mantenido un intenso romance extramatrimonial con Allan, el marido de la víctima, fue acusada de asesinato. Meses después, el 30 de octubre, Candy Montgomery fue juzgada.

Curiosamente, Love & Death, la nueva miniserie de HBO Max que repaso en esta crítica no es la primera ficción que examina este escabroso caso. A finales de 2020, unos tres meses antes de que HBO hiciera oficial su encargo, Hulu anunció luz verde para ‘Candy’, una miniserie que acabó siendo protagonizada por Jessica Biel después de que Elisabeth Moss tuviera que abandonar el proyecto. La ficción se estrenó en mayo de 2022 como el mejor lanzamiento de la plataforma desde ‘The Handmaid’s Tale’, pero sin hacer demasiado ruido mediático. El 27 de abril, fecha en la que HBO Max estrenará sus tres primeros episodios, empieza el turno de réplica. Escrita por el galardonado David E. Kelley (Big Little Lies) y dirigida en su mayoría por Lesli Linka Glatter (Homeland), la serie cuenta con un reparto de primerísimo nivel, encabezado por Elizabeth Olsen (WandaVision) en el papel de Candy Montgomery, acompañada por nombres como Jesse Plemons, Lily Rabe, Patrick Fugit, Krysten Ritter o Tom Pelphrey. Comparaciones aparte, ‘Love & Death’ lo tiene todo para triunfar, tanto delante como detrás de las cámaras.

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Photograph by Jake Giles Netter/HBO Max.

Y hablando de comparaciones, por poner la serie en contexto, ‘The Staircase’ es probablemente la cosa más parecida que podréis encontrar en el mercado. Ambas son casos reales plasmados a la perfección en la pequeña pantalla, y tanto su puesta en escena como su desarrollo son casi idénticas: drama familiar y/o personal, muerte, investigación y juicio.

‘Love & Death’ arranca en septiembre de 1978, más de dos años antes del fatídico día de la muerte de Betty Gore. El primero de sus siete episodios nos introduce a una comunidad muy religiosa, totalmente acorde con la zona y la época en la que la serie está ambientada, cuyos miembros dedican su tiempo libre y fines de semana a acudir a la iglesia y a participar en todo tipo de actividades organizadas por su parroquia, desde barbacoas familiares hasta la participación en coros o en una liga regional de voleibol. En el centro de la trama, dos familias; los Montgomery y los Gore. Ambas tienen bastantes cosas en común. Son matrimonios devotos, con hijos de la misma edad, activos dentro de la comunidad, y, sobre todo, tienen problemas conyugales. Además son vecinos. Por un lado, Candy (Olsen) y Pat (Patrick Fugit), ama de casa y brillante ingeniero eléctrico, padres de dos hijos. Por otro, Allan (Jesse Plemons) y Betty (Lily Rabe), padres de una recién nacida y de la pequeña Alisa (Harper Heath). Pese a que coincidían a menudo y vivían puerta con puerta, lo que realmente unía a las dos familias y especialmente a las dos mujeres era la amistad entre la mencionada Alisa y la mayor de los Motngomery, Jenny (Amelie Dallimore). De todas formas, Candy prefería estar acompañada de sus dos confidentes habituales, Sherry Cleckler (Krysten Ritter) y Jackie Ponder (Elizabeth Marvel), la esposa del pastor.

Pero un buen día, la chispa se convirtió en llama, y Candy le propuso a Allan tener un affair. Al fin y al cabo, ambas estaban descontentos con sus respectivos matrimonios. Su relación empezó en diciembre de 1978 y terminó poco menos de un año después. Lo realmente interesante es que sus encuentros en un apartado motel de carretera acabaron siendo mucho más que sexo. Eran buenos amigos, se desahogaban, hablaban durante horas, compartían confidencias. Lo suyo fue el encuentro entre dos almas solitarias hartas de la pesada rutina de sus hogares. Pero como decía, todo se acaba. El nacimiento de la segunda hija de Allan y Betty fue probablemente el gran catalizador de la ruptura, aunque nunca quedó demasiado claro lo que ocurrió. Desde este punto hasta el 13 de junio de 1980, la serie explora de forma más bien profunda tanto las idas y venidas de su amorío como las repercusiones del mismo en sus vidas, matrimonios, familias y amistades, explorando sus dinámicas y dilemas. Hasta el día que alguien sacó un hacha.

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Photograph by Jake Giles Netter/HBO Max.

La que podríamos definir como la segunda parte de la serie focaliza su peso en la investigación de la muerte de Betty y en el juicio contra Candy. Aquí entra en juego Don Crowder, su abogado defensor, interpretado de maravilla por Tom Pelphrey. Obviamente, Elizabeth Olsen es tanto el gran reclamo como la figura principal de la serie, raro será que como mínimo no le caiga una nominación al Emmy, pero el actor conocido por sus papeles en ‘Ozark’ o ‘Banshee’ carga con el peso de la narrativa de varios episodios de una forma magistral. Merece todo el reconocimiento. El actor Bruce McGill (Rizzoli & Isles) interpreta al juez Tom Ryan mientras que Mackenzie Astin (You) da vida a Tom O’Connell, el fiscal del distrito responsable de la acusación. En este tipo de series, el juicio de turno suele ser mi parte favorita, y una vez más no me ha defraudado. La tensión y las disputas entre abogados y juez, las estrategias, los testigos… la trama llega a su punto álgido de una forma precisa y dramática, transmitiendo en todo momento al espectador lo que estuvo en juego durante los ocho días que duró el proceso. 

Una vez más, David E. Kelley demuestra por qué es a día de hoy el rey de las adaptaciones literarias. En su amplio currículum figuran éxitos, entre muchas otras, como ‘Big Little Lies’, ‘The Undoing’ o ‘Nine Perfect Strangers’, y con ‘Love & Death’ lo ha vuelto a conseguir. Lógicamente ha tenido algún patinazo que otro pero en sus funciones como guionista es prácticamente impecable. Lo mismo que HBO. Hay que ir muy atrás para encontrar una de sus miniseries que no haya cumplido con las expectativas. Aquí nos encontramos con otro producto ejecutado a la perfección, capaz de plasmar la esencia del caso de turno y de presentarle al público de forma concisa las personas que protagonizaron esos hechos. El ‘true crime’ es uno de los géneros más populares del momento y saber explotarlo así, sumergiendo al espectador en la realidad más allá de la ficción es todo un logro. ‘Love & Death’ cuenta con un reparto excelso, una ambientación igual de cuidada y pulcra que su vestuario y fotografía, una banda sonora capaz de transportarnos con solo unas notas a la época en la que se sitúa, y con una historia que, aunque ya haya sido contada, merece ser explorada. Así. Que se acaben repitiendo proyectos no es que me parezca lo más adecuado para una industria ya de por sí sobresaturada, pero, al final del día, entiendo que la calidad del producto final es quien acaba determinando el resto. Aquí tenemos una buena producción entre manos y eso es lo más importante. Va a gustar. Seguro.

NOTA DE LA TEMPORADA: 8.4/10

MVP: Elizabeth Olsen (Candy Montgomery).

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