REVIEW: Succession 4×01 – The Munsters.
Se acerca el gran día. Succession regresa este mismo fin de semana con el arranque de su batalla definitiva, el último asalto de una calculadísima partida de ajedrez que supondrá el punto y final al mejor drama que nos ha ofrecido la televisión estadounidense en los últimos años. Solo hace unas semanas que su creador, Jesse Armstrong, confirmó que esta cuarta temporada iba a ser la última. Era su plan desde el principio y me alegro muchísimo de que pueda cumplirlo. Parece que eso de estirar el chicle hasta reventarlo empieza a pasar de moda. Gracias a dios, ya era hora. Todos merecemos que ‘Succession’ tenga la oportunidad de despedirse por la puerta grande, bajo sus propias normas, con el mundo a sus pies mientras le vuelven a llover los premios, desde nosotros como espectadores hasta su maravilloso equipo, su talentoso reparto y sus inigualables personajes. A diferencia de otros años, HBO solo nos ha mandado un episodio, pero menudo arranque. Puede pasar cualquier cosa. ¿Cuál será el devenir de Waystar Royco? ¿Y el de la familia Roy? ¿Habrá algún tipo de tregua o se quemarán todas las naves posibles hasta que sus lazos queden reducidos a cenizas?
Antes de nada, creo que conviene hacer un poco de memoria. La tercera temporada de la serie cerró su emisión a finales de diciembre 2021, con el mundo aún sumido en los que serían los últimos coletazos de la pandemia. Mientras Lady Caroline Collingwood (Harriet Walter) celebraba su enlace con Peter Munion (Pip Torrens) en la bella y lujosa Toscana (Italia), Logan (Bryan Cox) decidió de forma prácticamente unilateral acelerar el proceso de venta del conglomerado familiar al visionario tecnológico Lukas Matsson (Alexander Skarsgård), el cual ya tenía decidida su propia visión para la futura relación GoJo-Waystar, una visión mucho más moderna y adecuada a los tiempos actuales, rompedora con el pasado, que no contaba precisamente con incluir en su consejo a los hijos del legendario patriarca. Mientras Logan seguía considerando en silencio sus opciones, bien arropado por Kerry (Zoe Winters) y los dos carroñeros por excelencia de la serie, Tom (Matthew Macfadyen) y el primo Greg (Nicholas Braun), consumando oficialmente su traición; aturdidos y aún consternados por los chocantes acontecimientos, Kendall (Jeremy Strong), Siobhan (Sarah Snook) y Roman (Kieran Culkin) unían fuerzas con el objetivo de intentar salvar su herencia y legado de las ‘dementes’ manos de su padre. Su otro hermano, Connor (Alan Ruck), más preocupado de sus aspiraciones políticas que del futuro de la compañía, parecía desentenderse de la guerra. Lo de siempre. El cara a cara entre los dos bandos fue tan brutal como definitivo y ahí es donde lo dejamos, con todo a punto de implosionar.

Esta cuarta temporada arranca poco después de dichos eventos. Son tiempos complejos y eso es algo que se nota hasta en el aire. Las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos son inminentes y la venta definitiva de Waystar Royco está más caliente que nunca. Hay nervios, tensión e incluso miedo. Cualquier paso en falso podría ser catastrófico. La división familiar entre los Roy y la angustia existencial de sus miembros ha llegado a su punto álgido y parece cada vez más complicado que todo esto tenga solución. Logan celebra su cumpleaños en otra de esas lujosas recepciones que tantas veces nos ha mostrado la serie, y lo hace acompañado de casi todos los habituales… solo faltan sus hijos. Bueno, los tres más importantes ya que Connor aprovecha la ocasión para alardear de su 1% del pastel y hacerse el interesante bajo la atenta mirada de su futura esposa, Willa (Justine Lupe). En esencia, nada parece haber cambiado demasiado respecto a los eventos de años anteriores; Greg sigue haciendo el capullo, Tom burlándose de él mientras discute telefónicamente con Shiv y el resto del mundo, y los altos ejecutivos (Frank, Gerri y compañía) peleándose por no darle la mala noticia de turno a su jefe, aunque la realidad es bien distinta… y Logan es consciente de ello.
En el otro lado, concretamente en Los Ángeles, Kendall, Siobhan y Roman, el trío por excelencia de la serie, comienzan a anticipar cómo serán sus vidas una vez que se complete el trato. Si es que eso acaba ocurriendo. Sus dos objetivos inmediatos son encontrar inversores y adquirir alguna compañía que les permita seguir siendo parte activa del mercado, una empresa innovadora y con potencial, trama que nos proporcionará la primera colisión entre bandos. Los Pierce también entran pronto en escena y eso supone el regreso de personajes como Nan (Cherry Jones) o Naomi (Annabelle Dexter-Jones) y de alguna historia que ya dábamos por enterrada. ‘Succession’ tiene confirmadas las vueltas de una larguísima lista de caras conocidas, por lo que parece bastante lógico asumir que cada uno de estos 10 últimos episodios contará con varios cameos y estrellas invitadas. Otra buena noticia.
Con este episodio dirigido por Mark Mylod, responsable también de los dos últimos de la temporada anterior, ‘Succession’ usa esta primera hora para poner las bases de lo que veremos durante las próximas semanas. No es un capítulo especialmente movido, pero sí que sirve perfectamente como una declaración de intenciones. La partida ha empezado y los primeros peones están moviéndose por el tablero. Las grandes figuras esperan pacientes que llegue su turno, algo que ocurrirá más pronto que tarde. Por lo demás, todo en orden. La ficción sigue en plena forma, como si no hubiéramos esperado 15 meses para su regreso. Hay que estar emocionado por lo que se nos viene. En definitiva, esta primera hora es capaz de confirmarnos por sí sola lo que todos esperamos que sea esta cuarta y última temporada: historia de la televisión. Otra vez.
Lunes 27 de marzo en HBO Max (España).
NOTA DEL EPISODIO: 9.5/10