AMC es la última compañía estadounidense en empezar una importante estrategia de recortes con tal de reducir costes de cara al futuro más inmediato. Tal y como contó recientemente la CEO de AMC Networks, Christina Spade, su objetivo inmediato es ahorrar unos 475 millones de dólares, divididos en «evaluaciones estratégicas de programación» y «reestructuración organizativa». Curiosamente, Spade dejó su cargo hace unos días tras solo tres meses de trabajo, siendo sustituida de forma interina hasta el mes de marzo por James L. Dolan.
Este jueves se han anunciado las primeras víctimas de la nueva política. Por un lado, la segunda y última temporada de 61st Street, la cual ya está grabada, no verá la luz. Por otro, Invitation to a Bonfire, la adaptación de la novela de Adrienne Celt encabezada por Tatiana Maslany tampoco seguirá adelante pese a haber completado la producción de cuatro de sus seis episodios. Ambas quedan canceladas y no hay plan alguno de emitirlas. De todas formas, recientemente Dolan comentó que estaban abiertos a vender contenido descartado a otras plataformas, por lo que quien sabe qué acabará ocurriendo con ellas.
Recordamos que 61st Street es un thriller que atraviesa el corazón oscuro del infame sistema judicial de Chicago cuando la policía y los fiscales investigan una mortal redada antidrogas, algo que amenaza el código de silencio del departamento policial. La serie está protagonizada por el nominado al Emmy Courtney B. Vance y está disponible en nuestro país a través de AMC+. En cuanto a Invitation to a Bonfire, es un thriller psicológico ambientado en una escuela solo para chicas en la New Jersey de 1930. Inspirada en la co-dependiente relación entre Vladimir y Vera Nabokov, su trama se centra en Zoya, una joven de origen ruso que se ve atrapada en un letal triángulo amoroso con el recién llegado facultativo del centro y su fascinante mujer.