‘DEAD TO ME’: REVIEW (TEMPORADA 3 – FINAL)

Una de las cosas que más me ha chocado del regreso de la serie ha sido darme cuenta de que ha pasado DOS AÑOS Y MEDIO desde el lanzamiento de su segunda temporada. ¡¿Pero qué locura es esta?! De verdad que nos somos conscientes de lo rápido que pasa el tiempo en esta vida… Aunque en este caso gran parte del retraso de su vuelta sea debido a que su producción se detuvo durante meses para que Christina Applegate pudiera empezar su tratamiento tras ser diagnosticada con esclerosis múltiple, Dead to Me (Muertos para mí) es otra de esas muchas series que a raíz de un parón extremadamente largo pierden muchísimo del hype que tanto les costó construir con sus temporadas anteriores. Hace años que estamos sumergidos en una época de absoluta saturación de contenido y el público no tarda nada en pasar página. Luego pasa lo que pasa, que la serie de turno estrena nueva temporada y ni te acuerdas de lo que ocurrió en la anterior…

Dicho esto, lo más curioso es que para ella parece que no ha pasado el tiempo. Tampoco para Judy (Linda Cardellini) y Jane, interpretada por la ya mencionada Christina Applegate. La serie regresa con una última temporada genial, una despedida perfecta para la que para muchos ha sido una de las mejores comedias negras de los últimos años. Su creadora, Liz Feldman, ha sabido en todo momento cómo manejar tanto su rocambolesca trama como el frenético desarrollo de sus personajes y este es un ejemplo más de ello. ‘Dead to Me’ se va por la puerta grande, con una tercera temporada que pese a contar con muchísimo más drama mantiene esa esencia tan característica de sus dos entregas previas. Lo que empezó como una especie de A Simple Favor televisiva se transforma en una versión menopáusica de Grace and Frankie y eso, aunque igual es una comparación un poco extraña, es una gran noticia.

La temporada arranca justo donde lo dejamos al final de la segunda, cuando Ben (James Mardsen), borracho como una cuba tras enterarse de la muerte de su hermano gemelo, estampó su coche contra el de nuestras protagonistas al saltarse un stop. Sí amigos, otro accidente con fuga, el cual sirve para poner en marcha la gran mayoría de tramas que seguiremos durante sus 10 episodios. Pese a los continuos esfuerzos de la Detective Perez (Diana Maria Riva) por seguir encubriéndolas, el cuerpo de Steve es descubierto en el bosque y eso significa que los problemas, cada vez más complicados de resolver, se van a seguir amontonando. Ni siquiera la avispada mente del agente Prager (Brandon Scott), más dispuesto que nunca, pese a sus pocas luces, a resolver tanto el accidente como lo que ya es oficialmente un caso de asesinato, está en el TOP5 de sus contratiempos. A Jen le toca enfrentarse de forma definitiva a la terrible sensación de haber quitado una vida mientras que Judy se enfrenta a su propia crisis existencial cuando su vida se ve amenazada por una inesperada fuerza de su pasado.

Pero esto no es todo, ya que a lo largo de la temporada cada una de ellas recibirá una noticia totalmente imprevista que no solo cambiará sus respectivas vidas para siempre, sino también su amistad. Esta es una temporada en la que nadie tiene nada garantizado, ni siquiera su futuro, y la serie lo deja claro desde el primer episodio. Las investigaciones avanzan al mismo ritmo que las movidas familiares y las dudas personales, poniendo a Judy a Jane cada vez más cerca del precipicio, una asfixiante sensación de estar entre la espada y la pared de consecuencias imprevisibles. Charlie (Sam McCarthy), el hijo mayor de Jen, continúa ganando protagonismo, no confundir con relevancia, mientras que Henry (Luke Roessler), el pequeño, no aporta mucho más que un par de escenas surrealistas junto al ser más siniestro de todo el barrio, Shandy (Adora Soleil Bricher), la hija de la vecina (Ericka Kreutz).

También regresan para un último baile personajes como el excéntrico agente del FBI Glenn Moranis (Garret Dillahunt) y la siempre agradable Michelle Gutierrez (Natalie Morales). Ambos juegan un papel bastante interesante en el desarrollo de la temporada y por supuesto que no son las únicas caras conocidas que volveremos a ver.

En resumen, preparaos para muchos giros impactantes e inesperados y una buena cantidad de risas pero sin dejar demasiado lejos una buena caja de pañuelos. Dicen que las despedidas son dolorosas y en este caso el dicho es totalmente cierto. ‘Dead to Me’ ha sido toda una aventura, para nosotros y para sus protagonistas, una de esas series de la que es prácticamente imposible no enamorarte a las primeras de cambio gracias, sobre todo, a la bonita relación que acaban formando Judy y Jane. La comedia oscura y el dramedia criminal han estado siempre ahí como eje central de la serie, pero creo que todos la recordaremos como una preciosa historia de amistad. Linda Cardellini y Christina Applegate, la cual cuentan que ha hecho un esfuerzo enorme para poder terminar de grabar, han logrado dar vida a una de esas parejas únicas e icónicas que pese a todo lo que les ha caído y todo lo que han vivido y sufrido nunca se han separado, el espejo de una amistad que todos soñamos con tener algún día. Y ese es el mensaje con el qué hay que quedarse. Bueno, y que escapar de un asesinato puede ser bastante más fácil de lo que parece si juegas bien tus cartas…

Desde aquí solo me queda dar las gracias a todos los que la han hecho posible y animaros a verla, hayáis visto o no sus temporadas anteriores. Nunca es tarde para ponerse al día. Las echaremos de menos… más de lo que pensamos.

NOTA DE LA TEMPORADA: 8.2/10