‘LOOT’: REVIEW

Una de mis series favoritas de 2018 fue Forever, una dramedia creada por Alan Yang y Matt Hubbard que contaba la historia de un matrimonio en crisis interpretado por Maya Rudolph y Fred Armisen que, tras la muerte de ambos en un accidente, estaban condenados a vivir juntos para siempre en el más allá. Cinco años después de su cancelación, Yang y Hubbard vuelven a contar con Rudolph para protagonizar su nueva comedia, Loot, que se estrena este mismo viernes 24 de junio en Apple TV+.

Inspirada en el divorcio de MacKenzie Scott y Jeff Bezos, la serie trata sobre Molly (Maya Rudolph), una mujer que tras una infidelidad de su marido multimillonario (Adam Scott) se convierte en la tercera mujer más rica del mundo ganando 87 mil millones de dólares en el divorcio. Sin embargo, ella siempre ha sido un accesorio y nunca ha hecho nada por sí misma, por lo que empieza a replantearse su vida y a intentar averiguar quién es ella realmente y cuál es su lugar en el mundo. Molly siempre había vivido en el 1%, codeándose con la gente más rica y poderosa del planeta, pero ahora que todo el mundo le ha dejado de lado no sabe qué hacer ni con su vida ni con su dinero más allá de usarlo para caprichos y alcohol. Por ello, cuando se entera de la existencia de una ONG a su nombre que no recordaba haber fundado decide involucrarse en las actividades del día a día de la misma, usando su dinero, fama e influencia para ayudar a los más necesitados.

La encargada de la ONG es Sofia (Michaela Jaé Rodriguez), una mujer cuya pasión es ayudar a los demás y contribuir en la sociedad, justo lo que Molly aspira a ser. Otros empleados destacados de la ONG son el sobrino de Molly, Howard, interpretado por Ron Funches, que rápidamente crea una divertida amistad con Nicholas (Joel Kim Booster), ayudante de Molly y única persona que ha seguido a su lado desde el divorcio, y Arthur (Nat Faxon), un simpático contable que le será de gran apoyo.

Loot trata de ser dos series a la vez, por un lado la historia de una mujer que tras una vida de lujos decide dedicarse a la filantropía y va conociendo un mundo qué desconocía debido a haber vivido toda su vida en la burbuja de la riqueza, y por otro es una «workplace comedy» sobre una ONG. Creo que ambas son buenas series, pero la historia de la filantropía de Molly funciona mejor como detonante de la serie y como accesorio que como trama central, ya que la serie logra sus momentos más divertidos en la oficina como una comedia coral. El viaje de Molly es interesante, pero son momentos como el de Howard pidiéndole consejos amorosos a Nicholas sin conocerle de nada, o los empleados teniendo un descanso de 30 segundos cronometrados para contarse que han hecho el fin de semana lo que logra sacar carcajadas y hace que la serie valga la pena.

Sin embargo, el personaje de Molly es muy interesante, su falta de contacto con la realidad, pensando que lo que hacen los ricos es algo cotidiano que hace todo el mundo, dan lugar a momentos muy graciosos como cuando envía limusinas a sus empleados para ir al trabajo, o cuando regala tazas y camisetas con frases motivacionales a los sintecho de un centro asistencial. También es gracioso verle a cargo de una ONG que no tiene ni idea de manejar, o acudiendo a programas de entrevistas como Hot Ones, donde le entrevistan comienzo alitas de pollo picantes, porque no se atreve a ser entrevistada por un medio serio y preparado.

Al final, esta es una serie con muchísimo potencial que acierta al centrarse conforme pasan los episodios más en la ONG y sus empleados que solo en Molly, convirtiéndose en una comedia coral que cuando logra ser graciosa es de las que consiguen sacar carcajadas. Maya Rudolph como siempre está divertidísima y su excelente reparto de secundarios funciona tanto como apoyo para la protagonista como por sí mismos con sus propias tramas. Sin duda, otro acierto más de los muchos de Apple TV+.

NOTA DE LA TEMPORADA: 8/10