‘DMZ’: REVIEW

REVIEW: DMZ (Miniserie). 

HBO Max estrena este viernes 18 de marzo, un día después de su lanzamiento original en Estados Unidos, una nueva serie original, DMZ, otra de sus múltiples propuestas dentro de su cada vez más extensa parrilla de producciones originales. Basada en la novela gráfica del mismo nombre y compuesta por cuatro episodios de una hora de duración, la serie llega a nuestras pantallas después del fabuloso éxito cosechado por parte de la plataforma con Peacemaker (El Pacificador), la primera serie con el popular sello DC Comics lanzada por la misma desde su llega a nuestro país. DMZ será la segunda.

Escrita por Roberto Patino (Westworld) y producida por la compañía de Ava DuVernay (ARRAY Filmworks), la adaptación de la obra de Brian Wood, ilustrada por Riccardo Burchielli, también cuenta con una protagonista de primer nivel delante de las cámaras, Rosario Dawson, la responsable de darle vida a Alma Ortega, una mujer que navega por una peligrosa zona desmilitarizada en una angustiosa búsqueda para encontrar a su hijo perdido. Como era de esperar, al menos por mi parte, la actuación de la actriz estadounidense es el gran reclamo de una miniserie que, pese a su interesante puesta en escena, nunca me ha acabado de atrapar tanto como me hubiera gustado.

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Photograph by Richard DuCree/HBO MAX.

Ambientada en un futuro cercano, la serie nos sitúa rápidamente en una Estados Unidos divida, también físicamente, tras la explosión de una amarga guerra civil, una guerra civil que ha acabado dejando la emblemática Manhattan como una zona desmilitarizada (DMZ), destruida y aislada del resto del mundo. Pese a ello, sobrevivir en la isla neoyorquina, rodeada por los ríos Hudson, East y Harlem, es aún más complicado y peligroso que hacerlo en medio del conflicto. Hablamos de una zona que en la serie acoge a poco más de 200.000 habitantes, entre ellos todo tipo de criminales, pandilleros, milicias, demagogos y señores de la guerra; una tierra sin ley en la que la segregación racial, la violencia y la inmundicia son algunas de las grandes protagonistas. La población de la DMZ no solo está formada por los que decidieron quedarse y no abandonar sus hogares cuando Nueva York fue evacuada, también es el agujero donde acabaron algunos de los tipos más sanguinarios de la misma.

Ocho años después de dicha evacuación, Alma Ortega, una feroz médica que durante este tiempo ha salvado más vidas de las que puede recordar, sigue buscando a su hijo, el cual perdió durante la misma. Alma lo ha buscado por todas parte… menos una, la DMZ. Dispuesta a llegar hasta donde haga falta para volver a reunirse con él, nuestra protagonista no duda en emprender un desgarrador viaje clandestino en el que los fantasmas del pasado no tardarán en tocar su puerta. De la mano de Alma empezamos a recorrer las inseguras calles, algunas más concurridas que otras, de una Manhattan condenada en la que llegar al día siguiente es en ocasiones aún más complicado que escapar. La mayoría de la isla está divida por subzonas, gobernadas, o mejor dicho, conquistadas, por el gueto de turno. Blancos, negros, latinos, asiáticos, cada etnia tiene su territorio y lo defiende con lo que haga falta. Lo de ciudad sin ley era literal.

Entre ellos destacan dos figuras, Parco Delgado (Benjamin Bratt), el popular y letal líder de una de las pandillas más poderosas de la DMZ, y Wilson (Hoon Lee), el gobernador de una reconstruida Chinatwon. Mientras que el primero destaca por ser uno de esos líderes que basan su status en el respeto ganado a través de la brutalidad y la violencia, el segundo es más frío y calculador, un jefe en la sombra cuya reputación le precede. Ambos están a punto de disputarse el gobierno de la DMZ en las que serán las primeras elecciones democráticas del lugar. Ninguno se detendrá ante nada para asegurar ese resultado. Pero eso no es lo único que tienen en común: también son parte del pasado de Alma y, por supuesto, pieza clave de su misión, la cual, por otro lado, se resuelve de una forma más bien inesperada dando paso a la verdadera trama de la serie, un intenso examen de la marcada división política y cultural de la sociedad estadounidense protagonizada por la que se acabará convirtiendo en una fuente improbable de lo que todos los hombres, mujeres y niños con los que cruza su camino había perdido… la esperanza.

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Photograph by Richard DuCree/HBO MAX.

Al final del día, DMZ es mucho más que la historia de una madre en busca de su hijo, es una aventura, prácticamente una odisea, de redención y segundas oportunidades que sabe como gestionar perfectamente tanto la narrativa como las emociones de lo que cuenta. Aunque estamos acostumbrados a miniseries de seis u ocho episodios, cuatro horas también dan para mucho si las sabes aprovechar y en este caso sus responsables lo hacen. Eso si, personalmente me esperaba un poco más. DMZ es correcta y entretenida, pero tampoco logra ofrecer nada especial. Es una de esas series que pese a ser más que eficiente, no tardará demasiado en caer en el olvido porque hay 50 como ella. La verdad es que me esperaba un poco más, y creo que tanto su puesta en escena como su premisa daban para que el producto final fuera más destacable. La ambición que reflejan los escenarios, las múltiples escenas de acción y, sobre todo, la dirección de Ava DuVernay (piloto) y Ernest R. Dickerson merecía más. No puede ser que una serie de cuatro horas se te acabe haciendo larga y menos después de su vertiginoso arranque.

NOTA DE LA TEMPORADA: 7.5/10

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