«QUARRY» : ¿HA ENCONTRADO CINEMAX LA NUEVA BANSHEE?

REVIEW : Quarry 1×01 – You Don’t Miss Your Water (Cinemax)

Tras adentrarse al lado oscuro con Outcast, los amigos de Cinemax apuestan por una vuelta a los orígenes con Quarry, un drama criminal de acción, ambientado en los años setenta, cuyos autores son la pareja formada por Michael D.Fuller y Graham Gordy (Rectify), con los cuales ha colaborado Greg Yaitanes (Banshee), responsable de dirigir los ocho capítulos de su primera temporada y uno de los principales miembros del equipo de producción de la misma. Los tres han sido capaces de sacar lo mejor de cada uno de sus anteriores trabajos y combinarlo de maravilla, formando un mundo bastante interesante lleno de personajes dañados en busca de redención, uno de los elementos más atractivos tanto de Rectify como de Banshee.

Pese a no ser perfecta, Quarry deja unas buenas sensaciones con su piloto, un episodio que, a priori, nos puede parecer un poco largo pero que, al terminar, justifica esta duración. En este, Fuller y Gordy vuelven a apostar por un tipo que regresa a un hogar demasiado distinto al que dejó años atrás, con un producto al que añaden  los silencios y la pausa característicos de Rectify. Si a ello le sumamos la magistral dirección de Yaitanes, el cual aprovecha cada instante que puede para recordarnos a Banshee, y unos personajes  interesantes y elaborados, interpretados por un elenco más que correcto, nos queda una serie muy entretenida, con cosas que mejorar, pero con potencial y tiempo suficiente para hacerlo de sobras en las próximas semanas.

La serie arranca cuando nuestro protagonista Mac, interpretado por  Logan Marshall-Green, regresa a su Memphis natal, tras una temporada combatiendo en Vietnam, junto a su compañero Arthur (Jamie Hector). Lo que prometía ser una regreso agradable, ambos habían decidido volver un día antes para que Mac sorprendiera a su pareja Joni (Jodi Balfour), enseguida se convierte en una especie de pesadilla cuando se ven asaltados por un grupo de manifestantes que les recuerdan que para la población no son héroes de guerra, sino unos personajes demonizados a los que no quieren ni ver.

Mac se reencuentra con Joni en su fantástica casa con piscina, mientras que Arthur hace lo propio con su esposa Ruth (Nikki Amuka-Bird). Todo es muy bonito, pero tanto nosotros como Mac, no tardamos demasiado en darnos cuenta de que, además del resentimiento, algo extraño circula por el aire, cosa que la narrativa sugiere de forma perfecta. Poco a poco, vemos como la frustración y la desesperación se adueñan de nuestro protagonista, cuando se ve rechazado continuamente y sin el trabajo que le habían prometido. Arthur, por su parte, empieza a trabajar en una fábrica, donde no tarda en verse apartado al más oscuro de los rincones. Regresar de la guerra y de todo lo que esta significa para esto, piensan ambos.

Cuando las cosas no podían ir peor, todo cambia con la aparición de un tipo conocido como The Broker (Peter Mullan). Consciente de los trastornos que este sufre de la guerra y de la situación en la que se encuentra, este le ofrece a Mac trabajar para él como asesino a sueldo, cobrando $4,000 por encargo. Aunque Mac se niega, el que si acepta el empleo es su amigo Arthur. Aquí empiezan los dilemas morales para Mac, el cual acaba acompañando a su amigo a su primer asesinato, con unas consecuencias trágicas para ambos. Arthur acaba muerto a manos de su objetivo, mientras que Mac decide terminar el trabajo en medio de su locura, lo que, lógicamente, llama la atención de The Broker, quien ahora está sin los $30.000 que le avanzó a Arthur y sin quien se los pague. 

A partir de aquí, presenciamos el nacimiento de Quarry (Mac), cuyo primer encargo redondea un magnífico piloto. Tras seguir al tipo, nos damos cuenta de que hemos vuelto a casa de Mac, donde descubrimos a Joni acostándose con otro este. Llegamos al punto de inflexión definitivo en el cerebro de nuestro protagonista, la gota que colma el vaso y que lo lleva a un camino del que difícilmente podrá regresar.  Sin pensarlo, Mac no duda en liquidar al amante de su chica, quien descubrimos que era el que tenía su vinilo de Otis Blue, desaparecido de la caja en la que Joni había guardado su música. El mensaje para ella, magnífica escena con la que se cierra el episodio es aterrador. Joni llega y se encuentra el vinilo sonando, con una pistola encima del mismo. Mac se está bañando en la piscina. No hacen falta palabras para que ambos sepan en que posición se encuentra el otro. ¿Es consciente de la transformación de su pareja?

En resumen, salvando las distancias, Quarry es firme candidata a convertirse en la nueva Banshee. Tiene los elementos para ello y los próximos capítulos dirán si estamos en lo cierto. La serie no tiene un mundo tan rico como el de su predecesora, pero si que tiene cosas muy interesantes en común con ella, empezando por un misterioso villano del que todos queremos saber más. La figura de The Broker es otra de las grandes atracciones de la serie. Con su ayudante e investigador Buddy (Damon Herriman) al lado, las comparaciones con Kai Proctor son fáciles de hacer. Ojalá sea sólo la mitad de memorable que este. Sería una gran noticia para todos. Si la serie decide empezar a sumergirse en el mundo criminal que nos ha propuesto, hablaremos mucho de ella en el futuro. Quarry ha tardado sólo una hora en crear un universo propio, rico y atrayente y nosotros nos morimos de ganas de seguir con este viaje.

NOTA DEL PILOTO : 8.5/10