Después de 2 meses aproximados sin Castle, regresa nuestro escritor-colaborador de la NYPD-detective privado favorito más pluriempleado que nunca y con una reconciliación secreta con la capitana de sus amores. ¿Cómo habrá llevado un novato como el guionista Robert Bella tamaño desafío argumental?
Debo decir que el señor Bella no me ha hecho vomitar hasta los hígados igual que ese otro principiante llamado Barry O’Brien, hasta ahora el escritor que menos ha sabido captar la esencia de la serie hasta el punto de convertirla en una humillante caricatura de sí misma. Amann me recuerda que él también lo hizo con Sleeper. Sí, querido, pero es que lo de Barry fue muy fuerte y todavía nos queda, por lo menos, un capítulo suyo que aguantar esta temporada.
Así las cosas, evidentemente este 8×09 no es el peor episodio de la temporada, porque tiene mucha competencia, pero falla en todo lo que se propone. EN TODO. Y, de esta manera, es imposible verlo con un mínimo de seriedad. Le reconozco el mérito al chico, porque llegar a Castle y hacer un episodio mediocre otros años hubiese sido pasable, pero ahora estamos todos con la ironía y el sarcasmo muy subidos, así nadie va a enfocar estos 45 minutos de modo positivo.
Para empezar, la historia del crimen. Reconozco que no acerté en esta ocasión quién era el asesino y ese quizá, sea su único acierto. Da tantas vueltas, la chica tiene tantas personas con motivos para tenerle asco en su intento de remontar su vida que, al final, nos perdemos. Pero precisamente ahí está el problema de esta trama: la historia es triste hasta el extremo. Es una cría que quería salir de la mierda en la que se había metido, que quería superarse, conocerse y mejorar. Había encontrado en el canto y en sus amigas su mejor soporte y si cierto personaje hubiese sabido contener sus nervios, probablemente seguiría viva, porque dudo mucho que quisiese denunciar su verdad. Enfadarse, sí. Acusar, lo dudo. A fin de cuentas, ella misma reconocía que el accidente era lo mejor que le había pasado en la vida. Vamos, que la pobre chavala murió por el miedo de quien sabe que ha hecho las cosas mal. En lo mejor de su vida, cuando tenía aspiraciones, metas, sueños. Una vez razonado, es incluso para llorar, pero a mí no se me movió ni un pelo. De hecho, como si me decían que la escoba había cobrado vida, le había dado un empujón y la había matado en colaboración con Lucy la pirámide.
El vídeo, la reacción de Martha, las amigas, el final… todo está puesto ahí para que sintamos mucha lástima por lo que sucede y no lo consigue. Ha usado mal los efectos de guión, entre otras cosas porque, si pretendes dar penita, haces que los personajes principales, que son los que nos mueven el cuore, empaticen con la situación de la difunta o hagan una brevísima reflexión sobre el tema, pero Martha es la única que le dedica algunas palabras y no son lo suficientemente elocuentes. Además, el contraste con el tono super-hiper-mega cómico (hasta forzado) de la trama Caskett hace un destrozo a ese respecto. Antes sabían emplastar ambas líneas. Ahora ya… pues eso, tenemos al Bella y al Barry dando la nota.
Hablando de la parejita de turno, tengo que decir que me he reído con lo mal que disimulan, pero sobre todo con el tema de Svetlana y el doctor Livingstone. Y me he reído por no llorar. Pero vamos a ver, ¿quién se cree eso? Lo de Svetlana es más plausible, pero Beckett se ha inventado CLARAMENTE lo de ese novio médico falso. Solo hay que ver su cara, su expresión corporal… todo. Y Espo y Ryan se lo creen como un par de lerdos. A ver, chatos, habéis estado presentes en toda la historia de amor de Beckett y Castle. Ella no ha tenido duelo, no la habéis visto mal, de hecho, la pava está tan divinamente que parece de adamantio. ¿Os imagináis lo rebotada, llorosa e infinitamente bipolar que estaría ella si Svetlana realmente existiese? Aunque bueno, es que el recurso de su bipolaridad extrema en caso de mucho stress os lo habéis cargado con la trama Voldemort (porque Loksat no debe ser nombrado si no queremos recordar la excesiva insensatez de los showruiners) ¿Y lo alma en pena que parecería él si el doctor Livingstone fuese algo más que un histórico médico y explorador británico que se murió en 1873? Por si esto fuera poco, el escritor (aceptamos pulpo, porque yo no sé hace cuanto que no escribe) ha estado hecho un Cristo los ocho primeros capítulos de la temporada porque ella le ha dejado y ahora está divinamente. No sé, hermosos, ¿no os dice algo eso? Bueno, y el hecho de que mantengan sus anillos de casados puestos a pesar de estarse liando con otros y coserse a bofetones. Eso sí, os agradezco que quedéis como bobos porque me habéis animado el capítulo. Especialmente en el momento empotre contra la pared a Castle.
Otra cosa que a mí ya me está empezando a mosquear es el empeño por meternos un mal Caskett. Y sí, aunque ni yo misma pueda creerme que esté diciendo esto, existe el mal Caskett y este episodio es un buen ejemplo. Para empezar, mis queridos escritores, una relación no es solo sexo. Os lo comento porque entre el final antes del hiatus y las escenas de hoy parece que no os habéis enterado. Me parece muy chulo que se esten disfrutando el uno al otro después de lo mal que lo han pasado (innecesariamente, un besi Alexi) pero… ¿os acordáis cuando hablaban y cuando tenían esos gestos tan bonitos entre ellos cuando su relación aún era un secreto? ¿Recordáis el mejor apretón de manos del mundo? ¿Los cafés con corazones? ¿Las historias a medio contar? Eso es el fondo de Castle y los guionistas, al parecer, se empeñan en ver solo la forma… y ni eso.
Entre las tramas pobres o insulsas de necesidad y que Nathan y Stana no se tocan ni con un palo… porque, a ver, vamos a decirlo, es que ni envasados al vacío entre las sábanas se ponen estos una mano encima desde que son productores y los MilMar no les obligan a trabajar como se debe. Si estas en la cama con tu pareja (de la que llevas enamorado/a seis años aproximadamente), digo yo que lo más normal es estar abrazados, haciéndose arrumacos, monadas cursis y así. Pues no, aquí no. Teóricamente “completan la agenda” tres veces pero luego parece que alguien ha interpuesto una demanda de alejamiento. Yo es que me los he imaginado con un metro, calculando el espacio del colchón, no vayan a pasarse con la cercanía.
Y lo que más me preocupa: ¿qué está pasando con la química? De un tiempo a esta parte estaba empezando a decaer, pero lo de este episodio ya me parece demasiado. Están juntos en secreto, lo cual en circunstancias normales resultaría de lo más morboso, pero es que no veo la tensión sexual por ninguna parte. Esos momentos de pareja, esas miradas, esos gestos, hasta ahora, para mí eran de lo poco que se salvaba. Ya dijo Nathan en su momento que Stana tendría química hasta con una bolsa de papel mojado, lo cual actualmente no le deja en muy buena posición. Os invito a que os fijéis en la escena del principio y, sobre todo, en la del final. Está hecha para ser sexy, pero el tono de ambos es de choteo. ¿Os acordáis qué voz usa Beckett en el episodio 5×17 cuando le sugiere volver a casa y sacar más fotos? ¿O la cara y el tono cuando dice “Castle, the ice is melting”? ¿O el célebre 5×01: “we could read…”? Y esos son solo dos ejemplos que se me ocurren a botepronto, porque hay muchísimos más. Pero la culpa no la tiene ella en exclusiva, porque la cara de él cada vez que se queda alucinado por sus insinuaciones es demasiado histriónica, demasiado cómica como para que nos podamos creer que realmente se siente obnubilado por sus encantos. ¿Es el mismo hombre que dijo al oído de cierta detective aquello de “never, ever, call me kitten”? Castle no es así y esa actuación no se la cree ni él, con todos mis respetos hacia ambos, porque han demostrado ser grandes actores.
Por favor, orden y puñetazo en la mesa. Vale que os hayáis cargado la coherencia, la esencia y todo lo que queráis, pero el capítulo del mediocre de Bella hubiese ganado mucho si el Caskett hubiese trabajado como tocaba. Y si, intentando ser gracioso, no hubiese perdido coherencia, porque aunque estemos acostumbrados a que Ryan y Espo queden como unos lerdos, en esta ocasión me parece pasarse. Con que Beckett hubiese disimulado un poco mejor, la trama sería más plausible. Pero vamos, que es un poco difícil llegar nuevo a un sitio y tener que lidiar con tantos problemas como me parece que hay en ese set. ¿Qué nos deparará esta segunda parte de la temporada? Mientras no empeore yo ya me daré por satisfecha, pero no sé por qué sospecho que todavía nos queda sufrimiento.
Cuestiones de vital importancia que merecen respuesta: ¿Por qué Espo se pone a cantar con el chaval del coro en vez de decirle “a ver majo, soy el chungo de la NYPD, así que cállate o te parto los dientes”? Otro que está perdiendo la esencia. ¿Por qué Beckett pasa de ir con ropa de estar por casa en la investigación a llevar un traje con una camisa preciosa? ¿Luke se fue un día de vacaciones o qué? ¿Por qué me ha parecido TAN PERO TAN ABSURDO Y RANDOM el tema de los emojis? Y hablando de cosas random: ¿a qué se debe exactamente el bofetón de Beckett a Castle? Con las peleítas había bastante. Que no les dejéis a los actores meter mano al guión… ¿Para qué sirve Lanie? No, sinceramente, ¿para qué? Hace siglos que no vemos su interacción con Beckett ni con Espo… ni con los cadáveres. ¿Martha y Alexis no se han enterado de que la pareja ha vuelto? Si viven en la misma casa… ¿Por qué Castle tiene esa cara de haberse metido siete pastillas de la felicidad cuando descubren la guarida de los cantantes a capella? ¿Por qué los chicos se ponen tan rápido del lado de Beckett si ambos parecen estar en igualdad de condiciones y saben perfectamente que fue ella la que rompió? ¿Por qué teniendo a huevo la broma de que Beckett tiene algo con los médicos (recordemos a Josh) nadie la hace? ¿La continuidad da miedo o es que debemos considerar como parte de la misma que Espo lleve queriendo asesinar a Castle desde hace más o menos tres años?



No esperaba menos de ti, buena critica para desanimar al personal, menos mal que estoy acostumbrada a tus comentarios.
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