CHICAGO FIRE 3×14 – REVIEW

Chicago Fire 3×14 – Call It Paradise (SPOILERS)

Anteriormente en Chicago Fire…
El padre de Boden se está muriendo, y está decidido a irse a su manera, con fiesta incluida; a la Capitana Cunningham le gusta usar a Severide para resolver casos de incendios provocados.

En el capítulo 13DS vimos cómo nuestros amigos bomberos se enfrentaban a un frío capaz de hacer llorar a los pingüinos, y no lo digo yo, lo dice Severide, que parece que ahora se ha vuelto un experto en resolver casos incendios provocados, captando la atención de la Capitana Cunningham, que acaba ofreciéndole trabajar para ella, algo que Severide rechaza amablemente.

Para variar, PeterMills y Brett se han quedado con la trama random (lo de Otis y Cruz es una categoría aún más baja que ni merece ser mencionada), atendiendo a una pareja joven que estaba super colgada. Aunque la peor parada fue la chica, cuya paranoia se notó más. Los chicos de la Estación 51 llegan justo a tiempo para impedir que Celia caiga desde varios metros altura.

Por otro lado, Dawson encuentra un bebé fuera de la Estación.

Poco después, reciben la visita de una mujer que dice ser la madre. Según ella, su marido estaba convencido en que la cría no era de él y decidió dejarla en la Estación de bomberos. Ni Boden ni Dawson se fían de ella aunque describe la manta con la que la niña fue abandonada, por eso Boden le pide que regrese con la documentación para probar su maternidad. De paso consigue traer a la pediatra de su hijo para que reconozca el bebé, y les dice que está bastante sana para ser prematura. Eso sirve para que la supuesta madre de la criatura se descubra a sí misma al decir que siempre fue un bebé fuerte.
Y es que resulta que la tía loca (que no dudó en apuntar a Dawson y Boden con una pistola) secuestró a la pequeña Grace en Indiana.

El vínculo que Dawson traba con el bebé es bonito y a la vez un poco preocupante. Me recordó a cuando se empeñaron en hacer que Shay se obsesionase con querer tener un hijo. Pero nos dejaron unas escenas Dawsey muy monas con el bebé.

De hecho, hasta Severide tiene que decirle a Casey que se deje de tanta ambigüedad y empiece a salir con otras personas. Un consejo que sigue en el Molly’s, mientras celebran una fiesta hawaiiana para el yayo Bo, una chica parece tirarle los tejos al Teniente.

La parte emotiva del capítulo nos llega con la muerte del yayo Bo. Una muerte plácida en casa de hijo, sentado en el sillón mirando un album de fotos, y una escena que te hace querer abrazar a Boden.

Además también tenemos a Severide regresando a casa para continuar con su pasatiempos favorito: ver los dvd’s que grabó con Shay.
A ver si ahora va a resultar que se pasaron la vida grabándose en vídeo y nos estamos enterando de eso en esta temporada…

Esta vez Severide cambia el llanto por la risa, al revivir esa conversación sobre el Cinco de Mayo mientras ella preparaba Margaritas con su receta secreta (a saber). Parece que finalmente Severide está en paz con la muerte de Shay.