‘APPLE CIDER VINEGAR’: REVIEW (MINISERIE)

REVIEW: Apple Cider Vinegar – Miniserie.  

Con un más que atractivo reparto al frente, Netflix estrenó hace unos días una nueva miniserie de producción australiana; Apple Cider Vinegar (Vinagre de manzana), descrita como una historia real, basada en una mentira, acerca del ascenso y la caída del imperio del bienestar; de la cultura que lo construyó y las personas que lo destruyeron. Interesante.

Inspirada ligeramente en el libro ‘The Woman Who Fooled the World’ de los periodistas Beau Donelly y Nick Toscano, la serie narra desde la ficción la historia de Belle Gibson, una bloguera australiana de salud y bienestar con más de 300.000 seguidores en Instagram que construyó un imperio a base de engañar al mundo, convenciendo a la gente de que su forma de vida ‘natural’ a base de las propias recetas saludables que subía a sus redes, acompañadas de una serie de terapias alternativas, le estaba curando un tumor cerebral terminal. Un tumor cerebral que nunca tuvo. Desde su cuenta de The Whole Pantry, un éxito impresionante que la convirtió en toda una celebridad, Gibson desarrolló un fraude histórico que la llevó a ser toda una referente de la lucha contra el cáncer y un espejo en el que mirarse para toda esa gente que ya había perdido toda esperanza tras demasiado tiempo luchando contra esta maldita enfermedad, colaborando por el camino con una larga lista de marcas e incluso cerrando un contrato con una editorial australiana para plasmar su odisea en un libro. Una bola de nieve nacida de una mente tan retorcida y manipuladora. ¿Si era capaz de engañarse a sí misma cómo no iba a hacerlo con el resto?

Si como yo sois fans de este tipo de series, seguro que habréis visto las que para todos deberían ser las grandes referentes, Inventing Anna (Netflix) y The Dropout (Hulu). De hecho, el personaje al que da vida la siempre fabulosa Kaytlin Dever me recuerda muchísimo a las protagonistas de dichas historias. Sí, al fin y al cabo supongo que, salvando las distancias, fueron mujeres que actuaron con un patrón similar a partir de una personalidad basada en las mismas carencias. Belle Gibson es una mezcla de Anna Delvey y Elizabeth Holmes. Me parece una comparación bastante consistente. Recuerdo que Julia Garner fue la actriz que interpretó a la legendaria heredera alemana y estrella de Instagram que le robó el corazón y el dinero a la élite social de Nueva York, mientras que Amanda Seyfried daba vida a la fundadora de Theranos, la empresa que prometió revolucionar la industria de los análisis de sangre con una tecnología que nunca funcionó. Ellas también tienen mucho en común; son tres actrices maravillosas que bordan cada papel que les toca.

Cr. Courtesy of Netflix © 2024

Pero ‘Apple Cider Vinegar’ no es solo la crónica de Bell Gibson, o sí, aunque esta no sería la misma sin otras dos figuras. La primera de ellas es Milla Blake (Alycia Debnam-Carey), otra joven a la que el cáncer le cambió la vida para siempre. Milla fue diagnosticada con un sarcoma grave cuya búsqueda desesperada de alternativas a la amputación total de su brazo que recomendaban los médicos la llevo a coronarse como otra gurú de los remedios naturales, siempre desde un enfoque holístico que daba tanta importancia al bienestar físico como a la saluda emocional y espiritual de los que seguían sus consejos. Ella acabó siendo uno de los grandes némesis de Bell, dispuesta a hundirla a cualquier precio, y para ello contaba con la ayuda inestimable de Chanelle (Aisha Dee), la segunda. Ahora iremos con ella. Antes, señalar que, a diferencia de la protagonista, Milla no es una persona real. Según contó Samantha Strauss, creadora de la serie, este personaje está parcialmente basado en Jessica Ainscough, una joven editora australiana que a los 22 años de edad fue diagnosticada con un sarcoma epitelioide. Jessica murió años después a causa de la enfermedad, relatando su lucha y las terapias alternativas a las que se sometió en su blog. Si que tuvo relación una mínima relación con Bell Gibson, la cual incluso acudió a su funeral, pero nada demasiado relevante.

¿Y quién es Chanelle McAuliffe? Pues Chanelle fue la persona que destapó el escándalo. Tras meses y meses de sospechas, esta empresaria recién llegada a Melbourne llegó a la conclusión de que algo no cuadraba en la historia de su nueva amiga.. y tomó la decisión de denunciarla. Y aunque ni la policía ni la prensa le hicieron demasiado caso, finalmente fueron los reporteros de ‘The Age’ quienes escucharon su historia y acabaran haciendo público el caso de Bell Gibson. La serie también ficcionaliza su persona, presentándola como la ex mejor amiga y mánager de Gibson, convertida en amiga íntima y aliada de Milla. Ya lo dicen, pocas cosas unen más en esta vida que tener un enemigo común. Chanelle es un personaje importante para nosotros ya que sirve como una especie de nexo común entre ambas ‘protagonistas’. En el primer episodio ya se dirige al espectador como narradora, describiéndose a sí misma como ‘la heroína de esta historia’. No es la única que cumple esta función, la propia Gibson rompe en varias ocasiones la cuarta pared para hablarnos, y también aprendemos mucho de sus charlas con Hek (Phoenix Raei), el relaciones públicas especializado en gestión de crisis al que la protagonista recurre en un intento desesperado de limpiar su imagen… o de sacar más dinero al mundo.

Con el paso de los capítulos, la serie también nos introduce a otra escueta pero no por ello menos destacable lista de personajes que forman parte de la historia de Belle, igual que con los previamente mencionados, mezclando realidad y ficción de una forma bastante orgánica. Al final, si no conoces en profundidad su caso, podrías creer que todo lo que se muestra aquí es real, y eso habla bien de como se ha enfocado la propuesta. Tal y como suele ocurrir, siempre hay una subtrama destinada a humanizar al ‘villano’, y en este caso es la de Lucy (Tilda Cobham-Harvey), una seguidora de Belle con cáncer de mama por la que se vuelca a la hora de buscarle ayuda… aunque esta ayuda no sea la adecuada. Su marido, Justin (Mark Coles Smith), fue otro de los que no tardó en poner el punto de mira en Gibson, sospechoso y frustrado por el tratamiento de su esposa. Además, durante su periplo, nuestra protagonista también tiene tiempo para el amor. Ashley Zukerman (Succession) interpreta a Clive, un programador informático cuyo apoyo a lo que creía que era una verdadera batalla contra el cáncer se convierte en romance. En fin, una mezcla explosiva de pacientes, personas e historias que solo podía acabar en desastre.

Cr. Courtesy of Netflix © 2024

Igual que su protagonista, ‘Apple Cider Vinegar’ no es ni mucho menos perfecta, pero si que es inteligente y consciente en todo momento de lo que quiere contarnos. También se agradece que su creadora, Samantha Strauss (Nine Perfect Strangers), haya elegido un formato más bien corto en vez de optar por hacer más episodios y meterle más relleno, algo que, por desgracia, es cada vez más habitual. Seis me han parecido justos, un formato ideal, perfecto para maratonear.

Pero si por algo destaca la serie es por la maravillosa actuación de Kaytlin Dever. La joven actriz estadounidense demuestra una vez más su talento y capacidad por darle vida a cualquier personajes que se proponga. Lo hizo en Unbelievable (Netflix), repitió en Dopesick (Hulu) y aquí se luce de nuevo. Puede que la ficción no llegue a la altura de las producciones que os mencionaba al principio, pero su trabajo está al mismo (excelso) nivel de la también citadas Julia Garner y Amanda Seyfried. Las interpretes de las tres grandes estafadoras que hemos visto en televisión. Hasta ahora. Cada vez tengo menos dudas de que será una Abby increíble en The Last of Us (HBO).

En resumen, encima de la mesa tenemos una serie más que correcta, con más cosas buenas que malas, protagonizada por un trío de actrices tan solvente como llamativo, que narra una de esas historias tan turbias pero a la vez tan atractivas para el público. Una necesaria exploración crítica de la avaricia y la decepción, de como la necesidad de sentirse alabado por las masas y autoengaño acaban arruinándolo todo. En términos de relevancia creo que Strauss y compañía han hecho un trabajo de guion excelente. Sin olvidar el tema redes sociales, la gran catapulta de este y una interminable lista de engaños, estafas y todo tipo de indecencias. Lo vemos a diario y todos lo sabemos; si tienes una pizca de suerte y sabes moverte, una plataforma como Instagram puede convertir a cualquiera en dios. Sean cuales sean sus intenciones reales. Eso sí que da para unas cuantas series…

NOTA DE LA MINISERIE: 7.8/10

MVP: Kaytlin Dever (Belle Gibson).

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