UN ROJO CORRECTO – CASTLE REVIEW 8X11

Tras la extraña aparición que supuso el capítulo 10 en domingo, tenemos la suerte de disfrutar de un nuevo episodio de Castle en su horario habitual. Y digo la suerte porque, sí, igual que el anterior, este también es digno de la serie que conocemos. ¿Estaremos volviendo a la normalidad?

Después de la mamarrachada continua del 8×09, este par de capítulos resultan refrescantes para el espectador. Alguno podrá decirme que son más serios, pero en absoluto, el humor está presente, aunque quizá de un modo menos grotesco y más subyacente. Simplemente, quien los ha escrito les ha otorgado la madurez necesaria para no hacernos creer que estamos viendo los Trilocos en versión yanqui.

En esta ocasión, muere el hijo de un diplomático ruso de una manera muy fría, por cierto. Nos metemos, pues, en el mundo de las embajadas y de la inmunidad diplomática que ya ha sido esgrimida alguna que otra vez en Castle, pero que en esta ocasión cobra especial fuerza debido al desarrollo del caso. La trama es un tanto retorcida pero dinámica, interesante y con ritmo. Además, nos añade un personaje secundario no tan memorable como nuestra ansiada nariz, pero Vazili es, sin duda, genial. Al principio parece el ser más inocente del planeta, un mero trámite por parte de la política rusa, que quiere asegurarse que las investigaciones van por buen camino. Pronto descubriremos que, además de ser fan number one del escritor y su musa, el muchacho quizá no es tan blanco como parecía. No os spoileo nada, desde el minuto uno está claro que el ruso va a servir para mucho más que para ser el descargo cómico del episodio. Y en muchos momentos lo es, porque tiene un sentido del humor muy peculiar y es un tío majo, pero en otros… bueno, ya lo veréis, pero a mí me dio un poco de yuyu. Igualmente, Vazili sirve para hacernos de guía superficial por el entramado burocrático de un país tan lejano y tan lleno de contrastes como Rusia. Por una vez, nos hacen ver al histórico país archienemigo de los estadounidenses como gente maja, quizá honrada, pero que lidia con una tradición un tanto… complicada. Es un avance. Ya estaba harta de que siempre los malos fuesen unos y los buenos los otros.

Claro, con Rusia en el ajo, teníamos que pedir que nos limpiasen las cortinas o, dicho de otro modo, Beckett tenía que llamar a Rita. ESO es continuidad subliminal y bastante natural. Dejo esta afirmación por aquí a ver si algunos aprenden de una vez. Si la madrastra de Castle aparecía en escena, era imposible no tocar la cuestión de que Beckett no le había contado a su marido que conocía de su existencia y claro, el escritor se mosquea. Por fin, una reacción un poco normal. Rita y Loksat están atados, pero es la primera vez que hablar de la trama Voldemort (porque no debe ser nombrada) no me produce la misma sensación que un gato clavándome las uñas en la espina dorsal mientras alguien echa sal sobre las heridas. De hecho, el tema aparece como algo perfectamente integrado en la situación y no como el pegote que es, lo cual ya tiene un mérito asombroso. Es un alivio para el espectador comprobar que aunque Castle le ha perdonado a Beckett toda su estupidez mental transitoria, el tema le sigue escociendo a base de bien. Por fin, está harto de escuchar “lo siento” y “lo hice para protegerte”. Aunque al final añada que ella merece la pena, me parece que el mosqueo acumulado no hace más que ganar enteros con cada metedura de pata de la Capitana y quizá, en algún momento, todo ello explote en algo productivo y, sobre todo, coherente.

Hablando de coherencias, no todo iba a ser perfecto en un terreno tan pantanoso. ¿Quién se cree que una superespía rusa no tenga ni idea de que Castle y Beckett siguen juntos? Pero vamos a ver, están en el catre casi cada día, ella se cuela en casa de él cuando quiere, por H o por B se pasan los casos investigando juntos y ambos han dejado de llorar por las esquinas como si fuesen bebés sin alimentar. No es cuestión de que exageren tan horriblemente mal como en el 8×09, pero un poquito más podrían disimular, que parece que los han pegado con superglue. En serio, Agencias de Inteligencia, ENDURECED LOS ENTRENAMIENTOS. Os estáis pasando de blandos. Nada de librar los domingos.

Aun así, me ha resultado emotivo el momento en el que Castle habla con su madrastra sobre su padre. Ya casi nos habíamos olvidado de Hunt (y de lo mucho que yo lo shippeaba con Martha) y de lo críptico que era sentimentalmente hablando. Al menos a ella se le ablanda el corazón ante los ojitos de cordero degollado que le pone él y le dice que su progenitor está muy orgulloso del hijo que tiene. Yo creo que piensa que ya iba siendo hora de darle una alegría a Castle, con eso de crecer sin papá, tener una mujer loca, un trauma con un tío enmascarado, una pérdida de memoria horriblemente resuelta por Amann y un par de showruiners completamente colgados dirigiendo su destino. Gracias Rita. Yo, por lo menos, ahora te tengo algo de cariño.

Lo que sobraba solemnemente era el momento inicial de la elección del regalo para Ryan y su recién nacido. Parece que ya no saben cómo meter a Martha y a Alexis y las introducen con calzador en escenas de lo más insulsas. Por cierto, empiezo a estar un poco cansada de la buena de la niña por ser siempre tan sumamente perfecta. No sé si la actriz que la interpreta tendrá algo que ver, pero es que cuanto más insignificante se vuelve para la trama, más ganas me dan de que desaparezca. Recordaros que la señorita Molly Quinn, que antes me caía bien, por cierto, está emperrada de la vida en que salga bien el spin off que deben tener algunos descerebrados de ABC en mente. Yo creo que la pelirroja ya se ve de co-protagonista y todo, y por eso se empeña en ningunear a Stana Katic públicamente desde que saltó la liebre. Molly, cielo, ya sabemos que te embriaga un enamoramiento bestial (e imposible, porque no tienes las tetas operadas) por Nathan Fillion, pero a ver si te acostumbras de una vez a verlo como un padre y a ser un poco más agradecida con el show por el cual sabemos ponerte en el mapa. Además, tal y como me comentaban el otro día, quizá por bocachancla seas tú la que acabe fuera de futuros proyectos y no los demás, así que cuidadito.

Niñerías aparte, ha estado muy bien la continuidad que ha supuesto lo del bebé de Ryan. Se han roto tanto la cabeza con él que han decidido llamarle Kevin, como el papá, pero al menos así recordamos que, hace unos cuantos capítulos, se nos anunció todo este tema y lo muy agobiado que estaba el afortunado. A raíz de la elección de las cestas, nos regalan también la maravillosa conclusión de que Martha y Alexis están empezando a sospechar que Castle y Beckett han vuelto. Lo agradezco, de verdad, porque si algo me preguntaba en la review anterior era cómo era posible que esas dos no supiesen nada si el loft está más transitado siempre que la boca del metro.

Por favor, POR FAVOR, seguid así, guionistas. El siguiente tiene una pinta fantástica igualmente, pero miedo me da que las expectativas nos lo arruinen, porque quien se acostumbra a lo bueno siempre quiere más. Estoy empezando a creer en que es posible remontar esta locura, pero con este porte, esta coherencia, este interés, esta profesionalidad, sin hacernos creer que el plantel protagonista es un atajo de descerebrados con tendencia al humor de caídas, golpes e histrionismo. Estos dos episodios no son nada del otro jueves y, sin embargo, ahora mismo me resultan una maravilla por recordarnos que, debajo de tanta porquería, Castle sigue viva.

Cuestiones de vital importancia que requieren respuesta: ¿Por qué ese momento de Espo cambiando su saludo de siempre? ¿Y las miradas entre Lanie y Beckett? ¿Qué aporta eso? Queda descolgado, igual que el momento Martha-Alexis. ¿Cuál era la necesidad de quedar con Rita en el club de striptis? ¿Por qué no sale Vikram si ese es considerado su escenario? (No es que yo quiera que salga, ojo) ¿Por qué si con la primera hija de Ryan tuvimos tanto jaleo, el embarazo de este se ha pasado en un suspiro? ¿Por qué mola TANTO Beckett hablando en ruso? ¿Por qué el final, aunque divertido, ha quedado como un pegote de los grandes? ¿Por qué me da la impresión de que el asesino no se lleva castigo suficiente para lo que ha hecho, aunque espero que se le congele el trasero?