«INTO THE BADLANDS» : REVIEW

La AMC cierra el año con el estreno de Into The Badlands, serie ambientada en el mundo de las artes marciales que acompañará a The Walking Dead en estas últimas semanas de 2015.

Into The Badlands es, probablemente, la serie más afortunada de toda la televisión americana. Tras encargar seis capítulos para la que será su primera temporada, la AMC decidió colocarla en la franja soñada para cualquiera, justo después de The Walking Dead, una decisión un tanto extraña, sobretodo tras ver su mediocre piloto.

Protagonizada por Daniel Wu (Europa Report), la serie nos lleva a un mundo post-apocalíptico gobernado por los Barons, unos tipos que cuentan con un ejército de samurais (tienen prohibido el uso de las armas de fuego) llamados Clippers a sus órdenes. Además de varias rivalidades entre ellos, los enemigos que nos encontramos por el camino son los llamados Nomads, una especie de bandidos que se dedican a todo tipo de crímenes y delitos. Sunny, el personaje que interpreta el mencionado Wu es uno de estos Clippers, un luchador temible, capaz de derrotar a grandes grupos de hombres él sólo, que nos recuerda lo badass que es con su espalda llena de tatuajes, uno por cada una de las centenares de víctimas que se ha cobrado.

Pese a estar adornada con un par de escenas (la primera y la última) bastante potentes, con coreografías perfectamente realizadas que nos muestran lo que quiere ser la serie, o al menos su punto fuerte, cuando no hay acción nos encontramos con un producto bastante aburrido, con una trama que no anima demasiado y con un grupo de personajes con el que no logran que empatizemos mucho con ellos. Estéticamente la serie entra fácil por los ojos, pero le falta mucho trabajo en las demás facetas. Sunny trabaja para el Baron Quinn (Martin Csokas), un profeta adicto al opio que, como buen Baron, tiene derecho a casarse con tantas mujeres como quiera, lo que nos lleva al inicio de las tramas personales de algunos de los personajes, tramas que sólo consiguen incrementar el poco interés que despierta de por si la mayoría de la serie. A Quinn le toca lidiar con su actual esposa Lydia (Orla Brady) y los planes que tiene su hijo Ryder (Oliver Stark) para que no se case con la joven y bella Jade (Sarah Bolger), mientras que Sunny tiene su culebrón personal cuando descubre que su novia Veil (Madeleine Mantock) ha quedado embarazada, algo prohibido que le llevaría a la muerte.

La única trama que suscita un mínimo de interés, a pesar de que no deja de estar llena de clichés, es la de nuestro otro protagonista principal, un chaval llamado MK (Aramis Knight) que parece ser una especie de elegido y que cuando sangra obtiene un poder gigante. Lógicamente, Sunny enseguida se fija en él, mientras que, por otro lado, también sabemos que otro Baron, conocido popularmente como The Widow (Emily Beecham), quiere hacerse con él.

Pese a que el piloto, escrito por Alfred Gough y Miles Millar, pareja que en su momento también fue la creadora de Smalville, nos pasa de ser un producto de segunda categoría, sin demasiado brillo en nada más que en las mencionadas escenas de acción, si que es cierto que es posible que encuentre su público entre los fans del género, sobretodo porque hacía tiempo que no salía una serie de este estilo. Sorprende que el mismo fuera dirigido por David Dobkin, un director más dedicado a las comedias. Su trabajo es correcto, sin más, mejor que el de los guinoistas y a la par que los encargados de los visuales, mientras que la impresión general sobre el cast es que hay mucho actores de renombre desaprovechado en esta serie,

Con una temporada de seis episodios, espero que la trama avance bastante rápido, lo que sin duda será un plus para una serie que muy mal tendría que salir para no conseguir una segunda temporada.

NOTA DEL PILOTO : 6.5/10