«FALLING SKIES : THE END»

Tras cuatro años y cinco temporadas en emisión, Falling Skies ha cerrado su andadura, con Reborn, una season finale con la que se ha intentado cerrar de mejor forma posible el gran despropósito en el que se había convertido la serie.

La mínima esperanza que nos quedaba a algunos, de que esta quinta temporada pudiera darle un buen cierre a la serie y devolver la trama a sus raíces, se disipó enseguida, tras un par de capítulos. Esta última entrega de Falling Skies ha sido la confirmación de que David Eick se cargó una épica batalla contra una fuerza invasora, desde que se hizo cargo de la misma cuando esta empezó con su cuarta temporada.

La finale, escrita por el propio Eick, ha sido un claro reflejo de lo que ha sido esta temporada, una trama sin ningún sentido, totalmente previsible y con un nulo desarollo de los personajes. Las principales tramas no han sido más que repeticiones cutres de cosas que ya nos habían mostrado en temporadas anteriores (grupos hostiles que de primeras parecían aliados, Mason poseído por un ente alienigena o el regreso de un personaje querido que no era quien parecía), algo que no ha aportado nada y que sólo ha conseguido marearnos hasta llegar al último capítulo en el que por fin se iba a terminar todo. Las tramas amorosas tampoco han tenido ningún desarrollo nuevo, la incorporación al cast de Catalina Sandino Moreno, no ha servido de nada, ya que en ningún momento se ha intentado hacer nada con su personaje y las historias de Pope (¿en serio?) o de Cochise (dramas familiares ya teníamos bastantes) han sido todo menos interesantes.

La gran incógnita que teníamos antes de ver la finale, era como se iba a resolver todo lo abierto en tan sólo 45 minutos, algo que sólo podía tener una respuesta. El capítulo anterior, nos había dejado con un gran cliffhanger, cuando un inmenso grupo Espheni iba a atacar la base de nuestros protagonistas. Igual que cualquier esperanza, esto se desvaneció enseguida (la serie no debía tener presupuesto para esa última batalla) y se ventilaron el encuentro en treinta segundos.

En cambio, llevaron la acción a unos túneles subterráneos debajo de la ciudad de Washington, después de un cómico encuentro con un grupo de moteros que venía a unirse a la lucha, en los que, como siempre, ese gran héroe americano llamado Tom Mason, se quedaba sólo contra la reina Espheni. El señor Eick nos dió una clase de como resolver una trama de 51 capítulos en 30 segundos. Tom atacó a la reina con la arma proporcionada por los Dornia y ¡tachán! todos muertos y la guerra terminada. Mientras, la finale jugó con matar a Anne, sorprendentemente, embarazada de nuevo, algo que todos sabíamos que no pasaría de ninguna manera. Otra forma de rellenar.

Lo peor aún estaba por llegar. Tom llevó a Anne al agua milagrosa, exigiendo a los Dornia que la resucitaran y de repente apareció ese personaje tan entrañable, no estaba muerto estaba de parranda, como es Pope, en una última escena lamentable, en la que después de amenazar con matar a Tom, todo quedó en nada. Todo termina con un final feliz, con todos (cinco temporadas y ningún personaje principal ha muerto) celebrando la construcción de un nuevo país.

Probablemente, Falling Skies nunca fue una número uno, pero en sus tres primeras temporadas, si que fue un producto épico, entretenido, lleno de personajes carismáticos y siempre efectiva, una sombra de lo que ha acabado siendo, tras estas dos últimas temporadas que muchos nos seguimos preguntando porque han existido.

La serie nos deja buenos recuerdos y buenos momentos, pero en general, es evidente, que el mal sabor de boca es la sensación más común, entre los que hemos seguido esta aventura desde su inicio.

Llegar al éxito es complicado, mantenerse arriba, mucho más.