The Beauty Of Our Weapons, el séptimo capítulo de la tercera temporada de Defiance ha sido, en general, algo más tranquilo, dedicado mayormente a dejar varias tramas abiertas.
Empezando con Datak, que ha sido condenado a muerte por traición. Esto nos ha servido para ver una charla entre Datak y Alak, una conversación padre e hijo que hacía falta ver esta temporada.
Alak no entiende (ni yo tampoco) por qué sus padres no avisaron a Amanda y Nolan en cuanto regresaron a Defiance, y como bien dice, si hubiera muerto por ello, habría sido protegiendo a su hijo y su hogar, y su muerte hubiese significado algo.
Me supo un poco mal la muerte de Christie (y la de Rafe), pero sirvió para desarrollar el personaje de Alak, que hasta ahora había hecho más bien poco.
Finalmente Amanda acepta que Datak sea juzgado al estilo Castithan, en el muro de la vergüenza, donde los de su raza irán poniendo peso para desencajar sus brazos y piernas lentamente.
Siguiendo con Berlin y el reencuentro con su exnovio, Conrad Von Bach, el comerciante de armas al que vimos hace un par de capítulos en el campamento del CV, y que ahora ha aparecido por Defiance dispuesto a reconquistar a Berlin, y de paso regalar armamento al pueblo para la guerra contra Rahm Tak, que se ha encargado de enviar a Bebe (el Indogene con apariencia humana) de infiltrado.
Conrad no pierde el tiempo y tras aclarar el malentendido sobre su ruptura, le pide a Berlin que deje Defiance y se vaya con él.
A pesar de que cuando cortaron gracias a la Sra. Von Bach, Conrad se llevó al perro (lo sé, muy fuerte), Berlin acepta dejar tirados a sus amigos y al resto del pueblo en el peor momento posible.
Y ni siquiera Amanda es capaz de convencerla de lo contrario, y eso que al parecer, durante estos últimos meses se han convertido en super mejores amigas de la vida.
Decidme que toda esta charla no os ha hecho shippearlas aún más.
Por su parte, Nolan se ocupa de entrenar y preparar a los habitantes de Defiance creando una milicia. Algo que nos permite conocer a Ranikar, un chico Irathient con una puntería envidiable (y que seguramente acabará muerto a manos del CV) y cuyo padre no ve justo que ellos tengan que arriesgar sus vidas mientras otros, como Irisa por ejemplo, se quedan a un lado.
Nolan se ve obligado a dar un discurso sobre los fuertes defendiendo a los débiles tras presionar a Irisa para formar parte de la tropa y que ésta rompiese a llorar en mitad del entrenamiento al tener una visión de Tommy muriendo frente a ella. Por si aún quedaban dudas, Irisa sigue sin haber superado que Tommy muriese por su culpa.
Para ser una serie que presume de tener personajes femeninos fuertes, ésta semana esa fortaleza ha quedado a un lado: Irisa viniéndose abajo, Berlin yéndose a la primera de cambio, Stahma acojonada de verdad por primera vez en su vida, Amanda siendo (otra vez) eclipsada por Nolan…
Y terminando con Stahma. Porque ella lo vale.
Tras su pelea con la alcaldesa, Stahma acabó en la puerta de T’Evgin con un abrecartas clavado en el costado. El Sr. Omec ha estado cuidando de ella y eso no le ha gustado a Kindzi, que no se ha cortado a la hora de llamar zorra a Stahma en toda su cara. Dos veces. Seh.
Pero es que además se divierte incomodándola y despertándola con un lametazo en la cara y dándole un baño. Lo normal, vamos.
Pero ese final… ¿qué era? Kindzi la obliga a comerse una especie de guijarro brillante, y segundos después vemos a Stahma en la nave Omec. De todos los finalazos que ha tenido esta temporada, creo que éste es el que me ha dejado más descolocada.
Recordad que podéis disfrutar de la tercera temporada de Defiance los lunes a las 21.30h en Syfy España.
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