Chicago Fire 3×21 – We Called Her Jellybean (SPOILERS)
Anteriormente en Chicago Fire…
PeterMills se fue a Carolina del Norte; Casey está haciendo un apaño en un club de striptease de un exbombero; Casey y Dawson se acostaron.
Esta semana hemos vuelto a tener un triple crossover en el que Chicago Fire ha vuelto a pintar poco tirando a nada.
Pero nunca está de más ver a los hermanos Dawson juntos.
Llegamos al capítulo 20DS con la presentación de una nueva paramédico, Jessica Chilton aka Chili.
Chilton odia el nombre de Jessica y por eso se hace llamar Chili con carne. Yo para fastidiar la llamaré Jessy, que es aún peor.
La Jessy en sí parece un personaje guay y hasta ha invitado a Brett a comida tailandesa y un donut que ella ha rechazado porque es un poco pava a veces (el resto del tiempo directamente es muy pava), el problema es la actriz, que no me cae bien. Pero eso ya es otro tema.
A ellos simplemente no les hace gracia tener a otra novata en la Estación porque no han aceptado aún la marcha de PeterMills. Boden les propone a gritos que dejen de comportarse como imbéciles y se aguanten. Básicamente. Herrmann hace un esfuerzo por aceptar a la Jessy haciendo como que se interesa por su proyecto sobre algo que enfría botellas de champagne.
Y hablando de PeterMills, el excandidato/exbombero/exparamédico manda a sus excompañeros una caja llena de comida desde el más allá Carolina del Norte. Todo un detalle.
Me ha hecho gracia cuando Chili y Brett ayudan a un tío con la pierna clavada en una verja y luego lo dejan ahí tirado al enterarse de que había apuñalado y robado a una mujer que había dentro del edificio. Brett y Chili son la versión cutre de Shay y Dawson, pero es lo que hay y nos tenemos que joder.
No sabéis la pereza que me da la trama absurda de Casey y todo lo que no me importa su cena con una de las chicas del club o la forma de decirle a Jack que se metiera el trabajo por donde le cupiese cuando se le puso en plan subnormal diciéndole que tenía prohibida la entrada a la parte de atrás del club, donde hace sus negocios raros con gente de buenas intenciones.
En el caso de la semana, caso que da paso al crossover con Chicago PD y Law & Order SVU, los chicos de la 51 acuden a un incendio en un edificio que más tarde confirmarían que fue provocado. La cosa se complica cuando descubren que la chica a la que encontraron fue violada, dejando como sospechoso a su vecino, Billy Carson.
Tampoco voy a comentar lo de Rice saliendo del edificio en llamas con cualquier excusa, provocando tensión entre Otis y Severide porque es otra de esas cosas que me da igual. Para variar.
Carson insiste en que él no tiene nada que ver (poniéndonos de los nervios amenazando con saltar desde el puente a pesar de que Dawson sabía que decía la verdad), y Olivia Benson nos lo confirma al hablar con Voight y Boden. Y es que parece que Benson ya trabajó en ese mismo caso hace 10 años y aún no han cogido al culpable.
Aunque ha sido muy breve, me ha encantado ver Boden, Voight y Benson juntos. Y de paso, también me ha gustado el capítulo


1 comentario