Chicago PD 2×11 – We Don’t Work Together Anymore (SPOILERS)
Anteriormente en Chicago PD…
Nos aburrieron infinitamente con un capítulo dedicado a Antonio el segurata en el que se le acusaba de haber matado a su cliente; nos regalaron una escenaza con Ruzek, Halstead, Antonio, Olinsky y Lindsay robando la droga de unos tipos; conocimos por fin a la ex compañera de Roman de la que se enamoró; Lindsay aceptó entrar en el equipo de Fuerzas Especiales; Burgess recibió un disparo y Voight le ofreció un puesto en su Unidad.
Por primera vez en semanas, Chicago PD ha tenido un capítulo entretenido e interesante, algo que se agradece muy mucho.
Esta vez las Fuerzas Especiales y Unidad de Inteligencia se han unido para atrapar a Mendoza, el contrabandista de una banda, mientras Burgess y Platt se intercambian los puestos de trabajo.
Me encanta Platt y me encanta poder haberla visto fuera del escritorio, aunque fuese como compañera de Roman. En cuanto a Burgess, finalmente decide rechazar la oferta de Voight y seguir en la patrulla con Roman.
Otra de las cosas que me han gustado ha sido, como dije, ver a los dos equipos trabajando juntos en un mismo caso, fue una buena forma de mostrarnos un poco cómo funcionan las Fuerzas Especiales, y cómo Lindsay lleva su primer día de trabajo bajo las órdenes de mi novio Bailey Chase David Lang. Por su parte, Ruzek no ha tardado en quedarse con la silla de su antigua compañera.
Ya sabéis, el que se fue a Sevilla…
La redada a Mendoza se convierte también en una operación de rescate, ya que Kylie Rosales (interpretada por Bianca Lawson, la eterna adolescente), informante y novia de del traficante ha sido secuestrada.
Tras hablar con la novia de Emilio, uno de los “tenientes” de la Mendoza, consiguen dar con él y destripar el coche para sacar el dinero del depósito de gasolina (ojo a la sobradez y chulería de Atwater).
Por supuesto, en la investigación tenía que surgir tensiones, sino no tenía gracia. Y es que a Lang parece no gustarle los métodos de Voight y sus chicos para sacar información a los detenidos. Aún no sé cómo puede haber gente a la que no le gusten los guantazos de Voight.
Desde luego, la amabilidad de Lang funciona mejor que los guantazos de Voight y consiguen la dirección de un depósito de chatarra donde Mendoza y sus 3 tenientes iban a reunirse. Al llegar alli encuentran a los otros dos hombres muertos. Gracias a todo lo que mola Platt consiguen otra dirección y con eso dar por fin con Mendoza, Kylie, y otro montón de dinero.
Permitidme un momento para babear con el plano de Bailey Chase poniéndose la corbata…
Vale, ya. Sé que Lang es un capullo, pero para ser justos, parece que siempre suele acabar interpretando este tipo de papeles, así que no es culpa suya.
La cosa es que Lindsay se pasa por casa de Halstead y acaban acostándose, porque, qué más da, ya no trabajan juntos, pueden hacer lo que quieran.
Sinceramente, Lindstead es algo que ni me va ni me viene, pero que se veía venir desde el comienzo de la serie. Ahora veremos cúanto duran.
