Chicago PD 1×06 – Review

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Chicago PD 1×06 – Conventions (SPOILERS)


Esta semana Voight y su Unidad tratan de encontrar al asesino de varias chicas, a las que además de violar, les cortó la oreja derecha. Y como hace seis meses hubo dos casos similares en Nueva York, de ahí el crossover con Law & Order: Special Victims Unit, con los agentes Fin Tutuola (Ice T) y Amanda Rollins (Kelli Giddish) como invitados.

Casualmente detienen a un tipo en esa zona que encajaba con la descripción… excepto en lo de violar y matar chicas. Él sólo robaba carteras. Aun así tienen suerte con el tipo, ya que vio al supuesto asesino esa misma mañana, y consigue reconocerlo entre un montón de fotos de personas que estaban atendiendo a una convención de comercio industrial, que también había tenido lugar en Nueva York cuando se produjeron los otros asesinatos.

Lindsay y Halstead llevan al sospechoso, Jeffrey Baker, a comisaría, pero el tío es demasiado sobrado y consigue zafarse de ellos sin decir ni pío y cabreándolos un poco.

Pero el testimonio de una chica que acaba de sobrevivir a la violación, les jode un poco los esquemas en cuanto a Baker. Por suerte, ahora tienen otra pista para añadir a la lista: la chica logró hacerle una herida en el ojo derecho.

Hablando de Lindsay, la pobre está un poco inquieta por la reunión de instituto a la que tiene que asistir, y como no está muy contenta con su vida, decide inventarse una en la que Halstead es su prometido porque no quiere quedar como una «rarita» delante de sus excompañeros de clase. La verdad es que no sé de qué se avergüenza exactamente.
Si yo fuera policía y la mitad de badass de lo que ella es, presumiría encantada. Aunque entiendo perfectamente que quiera que Halstead se haga pasar por su prometido, desde que no es el pringado de The Mob Doctor y lleva esa barba de tres días, está más guapo.

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Pero a última hora decide echarse para atrás y es ahí cuando volvemos a ver otro acercamientro entre Erin y Jay. Espero que no hagan como en Chicago Fire (y en otras tantas series) y estén mil años para liarse. O los lían o no los lían, pero que dejen de marearnos, que esa tontería ya no engancha a nadie. De paso aprendemos más cosas sobre su pasado, como que Voight y su mujer la adoptaron cuando tenía 16 años, y que su madre biológica estaba en la cárcel y su padre era un yonki.

Y además también está Justin, el hijo de Voight que no interesa a nadie y que parece que será el protagonista del siguiente capítulo, ya que lo último que nos muestran en este es a él en casa de Erin con las manos ensangrentadas. De verdad, ¿a alguien le interesa?

No sé dónde se ha metido Atwater en todo el capítulo, pero tampoco me importa demasiado. La cosa es que Burgess a veces mola y no es tan tonta como Platt piensa.
Antonio le pide que les ayude con el caso contestando teléfonos mientras ellos están encubiertos. Para sorpresa de todos, Burgess encuentra al asesino al ocurrírsele llamar a todas las farmacias de alrededor basándose en esa última pista.
Y con la ayuda de Jin también dan con el hotel donde se está hospedando.

Así que todos se ponen manos a la obra y se plantan en el hotel en busca de Neil Vance, pero en vez de eso, vuelven a toparse con Baker. Esta vez Voight lo manda meter en la jaula y decide quitarle la chulería a hostias (literalmente) y haciéndole un corte detrás de las orejas con una navaja. Que queréis que os diga, pero me encanta ver a Voight con las narices tocadas y la paciencia acabada.

Ruzek ha decidido su tontería a un lado y hacer bien su trabajo. Y de hecho, se le ha dado bastante bien. Aunque ni eso ni lo de estar prometido le impide echarle el ojo a Rollins. Cuando consiguen dar con el paredero de Vance, es Ruzek quien se encarga de intentar calmarlo para que no haga daño a la chica que ha cogido como rehén, y entretenerlo hasta que Voight y los demás lleguen. O hasta que Olisky le vuele la cabeza a distancia, por ejemplo.

Y qué mejor manera que celebrarlo tomando un par de copas en el Molly’s con Tutuola y Rollins incluídos. Lástima que no estuviera por ahí Shay para quejarse de las propinas.

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