Chicago PD 1×05 – Thirty Balloons (SPOILERS)
Aún no he decidido si me gusta o no que esta serie empiece sin el típico «previously on…«.
Y más teniendo en cuenta que se tiraron toda la primera temporada de Chicago Fire recordándonos en el previously que Leslie Shay es gay. Supongo que para que no te llevaras las manos a la cabeza cuando la vieras besándose con una chica… Algo que pasó dos veces. Pero por si acaso, ya te lo dejaban avisado.
Lo que sí he decidido es que el relleno que hacen Atwater, Burgess, y la simpática de Platt, no me molesta. Al menos me río un rato con ellos, a los pobrecillos les pasa de todo.
Esta semana la Sargento les ha dejado un coche totalmente nuevo que va a ser usado en una exhibición la próxima semana, advirtiéndoles de que lo quiere de vuelta de sin un rasguño. Estaba claro que les pasaría algo, pero lo que no sabíamos es que iba a ser por culpa una zombie chica a la que se le había explotado uno de los 30 condones con cocaína que llevaba en el estómago. Niños, niñas, gente en general: no hagáis esto en casa.
La zombie chica atacó a Atwater, pero la peor parte se la llevó la puerta del coche, que terminó en un taller del gueto. Gracias a lo jefes que Burgwater se ponen con el dueño de una tienda que quiere que arresten a una mujer que intentó robar pan para darle de comer a sus hijos, el arreglo sólo les cuesta 250 dólares. Que para el caso daba igual, porque rato después les cae un bloque de hormigón en el capó. Ups.
Volviendo al tema de la zombie chica, la misión de Voight y sus hombres es encontrar a los responsables. Gracias al billete de avión que (casualmente) llevaba encima, y gracias a las habilidades asiáticas informáticas de Jin, dan con otras tres amigas de la chica que también fueron utilizadas como mulas. Pero al llegar al Campus de la Universidad, sólo encuentran a la supervisora atada en la habitación de una de ellas, y a dos hombres huyendo en coche con las chicas. Cuando Amber, la zombie chica, recupera la conciencia, les da el nombre de su novio Sean y su hermano Brendan, y la dirección de una tienda de tatuajes.
Halstead quiere saber si Voight sigue siendo un poli corrupto, y lo de verlo zurrar al tío de Brendan y Sean en un bar para sacarle información sobre el paradero de uno de sus sobrinos, puede que le haya despejado las dudas. Menos mal que no lo vio cruzándole la cara a su colega Maurice al principio del capítulo. Ni tampoco reunirse con Gradishar y McPherson, que siguen metiéndole prisa para que les entregue a Maurice Owens.
Y hablando de Gradishar, la tía no pierde el tiempo y le entrega su tarjeta a Antonio.
Si Voight no le entrega a Maurice, se conformará con volver a meter a Hank entre rejas.
Olinsky está harto de que Ruzek le cuente su vida con los preparativos de la boda y bla bla bla, así que le deja claro que tiene que separar su vida personal de la profesional y no permitir que una interfiera en la otra. Pero Ruzek siempre hace lo que le da la gana, y eso termina costándole su propio teléfono móvil al intentar hablar con su prometida mientras están vigilando la tienda de tatuajes. Ruzek decide no esperar a los refuerzos y entra a la tienda, salvando a las otras dos chicas y poniendo en peligro la vida de su compañero.
Algo que también he decidido es que el hijo de Hank Voight me importa una poca mierda.
Tal cual. Además de ser feo como él solo, su interpretación me parece peor que la de Ruzek, y su personaje aún más. Justin está celoso porque cree que Halstead está liado con Lindsay, algo de lo que Voight también se da cuenta, ya que le dice que Erin está fuera de su alcance.
Aunque luego le aclara a Lindsay que lo decía más por ella que por él.
Porque Jay es un buen policía y Voight sabe cómo acaban los chicos que salen con Lindsay.
Aun así, más tarde los vemos juntos en el apartamento de Erin, y aunque, oficialmente y que nosotros hayamos visto, no ha pasado nada, parece que habrá un acercamiento entre estos dos. Y yo ahora me quedo con la duda de qué pasa con Severide.
Y volvemos a terminar con otro momentazo de Erin Lindsay.
Cuando Voight le pregunta si ha visto a Joe Catalano (un ex convicto) con Justin, Lindsay le miente diciéndole que no. Poco después, Lindsay va al bar donde Catalano está tomando unas copas para básicamente decirle que se aleje de Justin, y cuando él le vacila diciéndole que no puede arrestarle por salir con un amigo, ella se lo devuelve dándole dos palmaditas en la cara y diciéndole con una sonrisa que puede detenerle por el medio kilo de coca que va a encontrar en su maletero. Badass total.
Chicago PD regresa el 26 de febrero con un capítulo crossover con Law & Order: Special Victims Unit, en el que tendrán a Ice T y Kelli Giddish como invitados.
Por su parte, Sophia Bush aparecerá en el capítulo de L&O: SVU.



